Dos mil doscientos veintidós es el número de días que llevo con la misma cantaleta, en la misma situación, enfrascado en el mismo pasado que siempre es presente y que acecha el futuro... y todo por la vana, poco realista y enfermiza esperanza de que, algún día... algún día...
Pero ya van demasiados días, ya es mucho y ya me dí, hoy, hueva.
Ahora voy a avanzar y dejar esta situación tan tonta atrás.
Como bien dijeran, no hay poder más grande que el poder del adiós. Y uno tiene que deshacerse de los lastres que nos impiden avanzar .. y este lastre me ha empantanado, porque lo que no crece y se estanca, apesta... Y no pretendo apestar más ni un sólo día más.
Al demonio, ya.
También me oprimía una sensación muy parecida a la ansiedad,
pensé que no llegarías o que habías llegado y al verme te habías ido;
pero cuando bajaste de tu famosa camioneta,
la ilusión desesperanzada hormigueaba sobre mi todito mi ser.
Olías a Hugo Boss mezclado al Lacoste de mi chamarra,
la que descalzaba tu estética figura;
sonreías y mi panza guardaba una infinidad de recuerdos,
imaginé a lo que sabías pero realmente sabías a lo que no imagine.
Tus ropas de varias marcas y pequeñas tallas;
mis ropas de una sola marca y grandes tallas.
tus manos con pulseras pro-cualquier causa.
mis manos vacias, vacías como ahora.
pensé que no llegarías o que habías llegado y al verme te habías ido;
pero cuando bajaste de tu famosa camioneta,
la ilusión desesperanzada hormigueaba sobre mi todito mi ser.
Olías a Hugo Boss mezclado al Lacoste de mi chamarra,
la que descalzaba tu estética figura;
sonreías y mi panza guardaba una infinidad de recuerdos,
imaginé a lo que sabías pero realmente sabías a lo que no imagine.
Tus ropas de varias marcas y pequeñas tallas;
mis ropas de una sola marca y grandes tallas.
tus manos con pulseras pro-cualquier causa.
mis manos vacias, vacías como ahora.
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